En marzo de 2017, unas inundaciones obligaron a salir de Pedregal (Piura) a más de 400 familias, que lo habían perdido todo. Con lo puesto, se desplazaron a un campamento, a más de 20 km de sus casas para comenzar una nueva vida. Desde entonces, San Pablo es su lugar, y así viven.
Vida en campamento San Pablo
Así son las calles en algunas zonas empobrecidas: arena, sin alumbrado, sin mobiliario urbano, sin jardines.
Casas de esteras y mucha arena en el campamento
El día a día en la pobreza supone carecer de lo más básico y necesario
Sin agua, sin desagüe, sin luz; tan solo letrinas y baños
Pisar por la arena al caminar las calles es costoso
Vivir en la pobreza es carecer de agua potable, de servicios de desagüe y luz eléctrica
Andar por la arena es duro, siempre mejor en buena compañía
El medio de transporte para muchos es el carro.